miércoles, 21 de noviembre de 2012

Panorama desde el puente - Arthur Miller



Nunca me había animado a leer teatro. Tenía un prejuicio de lo más tonto. Sin embargo, este verano, en un club de lectura al que voy propusieron una obra de Brecht. ¡Qué descubrimiento! Había perdido tanto tiempo rechazando obras teatrales, que desde entonces he intentado ponerme un poco al día en este género. Después de leer "Muerte de un viajante", adentrarme en las líneas de "Panorama desde el puente" no ha sido sino una consecuencia natural.

Esta obra está ambientada en los años 50, en la zona portuaria de Nueva York. Eddie, el protagonista, convive con su mujer Beatrice y su sobrina huérfana Catherine. La vida familiar se va a ver alterada por la llegada de dos primos de Beatrice, Marco y Rodolfo, que emigran desde Italia y van a ser acogidos por la familia. Éste es el punto de partida de una historia en la que se entretejen diversos temas, muchos de ellos de gran actualidad.

En primer lugar me gustaría destacar el retrato de la inmigración italiana a los Estados Unidos a mediados del siglo XX. Es increíble que las cosas apenas hayan cambiado más allá que la nacionalidad de los inmigrantes. Rodolfo y Marco llegan a los Estados Unidos camuflados como tripulación de un barco; "submarinos" es el término que emplean para referirse a los inmigrantes ilegales.  Una vez en territorio estadounidense deben trabajar para la mafia que los ha traído, hasta que paguen la deuda que han contraído con ella. ¿Las cosas no van a cambiar nunca?
EDDIE. No, mientras les debáis dinero, no os va a faltar trabajo
Durante toda su estancia viven con miedo a ser descubiertos por el Departamento de Inmigración, y precisamente el deseo de regularizar su situación va a ser uno de los generadores de suspicacia por parte de Eddie.

El retrato de la sociedad de los muelles neoyorquinos va más allá. Queda patente en la obra la visión de la época de la homosexualidad y  la visión tan restringida de lo que supone la masculinidad. Es fundamental por  otra parte la ley de grupo entre los inmigrantes, la protección que se dispensan unos a otros. La traición al grupo se contempla como causa de exclusión fulminante del mismo.

Todos estos elementos constituyen sin embargo únicamente el marco en que se desarrolla la historia de una pasión, un deseo prohibido, quizá incluso desconocido para los protagonistas del mismo, pero que evidentemente va a constituir el motor de toda la trama y la razón de lo que en la obra acontece.
Me encantaría profundizar mucho más pero dar cualquier otro dato supondría a mi gusto destripar gran parte de la historia y con esta reseña me encantaría precisamente incitaros a leeros la obra.

En cuanto al lenguaje lo cierto es que se produce una pérdida importante, señalada incluso por el traductor. Arthur Miller se vale del vocabulario propio de las clases bajas neoyorquinas en su obra para darle mayor realismo. Evidentemente este matiz se pierde en la traducción, si bien intenta adaptarse lo máximo posible a esta circunstancia. Me han llamado la atención algunos términos como "sarasa" para referirse a un homosexual como traducción del punk inglés de la época.

La lectura es tremendamente fluida y rápida, precisamente por el carácter coloquial de todos los diálogos. Os recomiendo encarecidamente que le deis una oportunidad a esta obra, que servirá como punto de reflexión sobre una gran cantidad de cuestiones. El título no puede ser más acertado, desde luego supone una visión general de la sociedad portuaria neoyorquina y de las pasiones humanas. Absolutamente recomendable.

Os dejo un fragmento de la obra, en su última representación en Broadway. Queda reflejado perfectamente el habla y acento (aunque en inglés :) )


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar