jueves, 29 de noviembre de 2012

Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer - David Foster Wallace



Muchas veces voy a la librería a "pasearme". Me encanta ir mirando libros, observando sus lomos, sacando algunos al azar del anonimato que sufren los que no están expuestos en la mesa de novedades. La mayoría de las veces tengo encuentros de lo más excepcionales: da la impresión de que el libro estaba esperando a que lo cogiera (sé que esto puede sonar un poco raro, pero realmente me siento así).

Esta introducción es para presentaros uno de los mejores "encuentros" que he tenido nunca: "Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer" de David Foster Wallace. Tengo que reconocer que me llamó la atención el título, particularmente largo y muy evocador. A primera vista me sentí identificada con él, puesto que hay bastantes cosas que la gente encuentra divertidas y a las que yo no acabo de cogerle el "punto". Según la sinopsis trataba sobre su experiencia en un crucero de lujo por el Caribe, me pareció original y se vino conmigo a casa.

En este libro, que originalmente constituía un artículo, el autor nos relata su experiencia personal en un crucero de lujo por el Caribe. Así que no estoy muy segura de en qué género encuadrarlo. Ni que decir tiene que no se trata de la típica experiencia de relax sino que David Foster Wallace retrata la misma con una visión de lo más irónica, y a pesar del tono aparentemente ligero, también muy profunda. Supone una tremenda crítica a nuestra sociedad y a los males de los que adolece. Ahora bien, el libro es súper divertido.

En primer lugar, queda patente la vacuidad de nuestra sociedad. Sólo somos un grupo de corderos a los que  las grandes empresas les dicen como deben divertirse y obedecemos. Una gran masa de seres alienados.

Siempre que pasamos por un bache o por encima de unas vías se oye un tremendo clic masivo de todas las cámaras que todo el mundo a mi alrededor lleva al cuello. No me he traído ninguna cámara y siento un orgullo perverso por ello. 

Para conseguir ese estado de alienación es fundamental la publicidad. Es genial su descripción del folleto del crucero. Tengo que reconocer que tal y como lo pinta yo también lo hubiera contratado :)

El folleto de Celebrity, en particular, hace que uno empape dos servilletas de babas

El Nadir, el barco en el que viaja David Foster Wallace
(ahora propiedad de Pullmantur)

Por otra parte, se burla del usuario típico de este tipo de cruceros, al que considera tremendamente inculto (precisamente estos pasajeros no son capaces de desarrollar un pensamiento crítico y darse cuenta del absurdo que supone muchas de las situaciones). En cualquier caso, esto no impide que el autor se deje llevar  por el relax y la autoindulgencia.

He oído a americanos adultos y boyantes preguntar en el mostrador de Atención al Pasajero si hay que mojarse para bucear, si el tiro al plato tiene lugar al aire libre, si la tripulación duerme a bordo y a qué hora es el Buffet de Medianoche

Tiene muchos pasajes absolutamente memorables. Su "pelea" con las limpiadoras de su cubierta para mantener su camarote sucio por más de media hora, las cenas de gala en la mesa con los desconocidos, su participación en un juego de ajedrez. No os adelanto nada, porque todos ellos merecen ser leídos y disfrutados. 

Su estilo es políticamente incorrecto. Nos habla de una manera muy directa, dirigiéndose al lector. No tiene pelos en la lengua y hace unas comparaciones sorprendentes. Os destaco dos hablando de los ancianos la primera y comparando a los pasajeros con deportados a campos de concetración la segunda

No me parece un accidente que los Cruceros de Lujo atraigan sobre todo a gente mayor. La mayoría de los cuerpos que se exponían durante el día en la cubierta del Nadir estaban en diversas fases de desintegración. Y el oceano en sí [...] resulta básicamente una enorme máquina de podredumbre.

Una señora de Celebrity al cuidado del grupo tiene un megáfono y repite una y otra vez que no nos preocupemos por nuestro equipaje, que nos seguirá más tarde, y por lo visto solamente a mí me parece un momento aterrador por su eco involuntario de la escena de la Lista de Schindler en que embarcan a la gente para Auschwitz

Ya había adelantado que el libro estaba inicialmente concebido como un artículo que el autor realizada para la revista Harper´s. De hecho, es esta última la que paga el viaje. Ello determina un formato un tanto particular, con la utilización de una gran cantidad de notas a pie de página; muchas de ellas larguísimas. Si bien a veces entorpecen la lectura, en cuanto que tienes que parar para irte a ellas, a mi realmente me encantaron como elemento muy particular de su estilo. Además al leerlas daba la impresión de que mientras escribía se le había ocurrido una cosa nueva y quería meterla como sea; parecía que te metías en su mente caótica. 

En resumidas cuentas, me ha encantado. Es hilarante, agudo, irónico. Genial. Que pena que el autor se suicidara muy joven, con sólo 46 años, y su obra no haya sido tan extensa como hubiera debido ser. Afortunadamente esto ha sido mi primera toma de contacto con el autor, del que pienso seguir leyendo.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Panorama desde el puente - Arthur Miller



Nunca me había animado a leer teatro. Tenía un prejuicio de lo más tonto. Sin embargo, este verano, en un club de lectura al que voy propusieron una obra de Brecht. ¡Qué descubrimiento! Había perdido tanto tiempo rechazando obras teatrales, que desde entonces he intentado ponerme un poco al día en este género. Después de leer "Muerte de un viajante", adentrarme en las líneas de "Panorama desde el puente" no ha sido sino una consecuencia natural.

Esta obra está ambientada en los años 50, en la zona portuaria de Nueva York. Eddie, el protagonista, convive con su mujer Beatrice y su sobrina huérfana Catherine. La vida familiar se va a ver alterada por la llegada de dos primos de Beatrice, Marco y Rodolfo, que emigran desde Italia y van a ser acogidos por la familia. Éste es el punto de partida de una historia en la que se entretejen diversos temas, muchos de ellos de gran actualidad.

En primer lugar me gustaría destacar el retrato de la inmigración italiana a los Estados Unidos a mediados del siglo XX. Es increíble que las cosas apenas hayan cambiado más allá que la nacionalidad de los inmigrantes. Rodolfo y Marco llegan a los Estados Unidos camuflados como tripulación de un barco; "submarinos" es el término que emplean para referirse a los inmigrantes ilegales.  Una vez en territorio estadounidense deben trabajar para la mafia que los ha traído, hasta que paguen la deuda que han contraído con ella. ¿Las cosas no van a cambiar nunca?
EDDIE. No, mientras les debáis dinero, no os va a faltar trabajo
Durante toda su estancia viven con miedo a ser descubiertos por el Departamento de Inmigración, y precisamente el deseo de regularizar su situación va a ser uno de los generadores de suspicacia por parte de Eddie.

El retrato de la sociedad de los muelles neoyorquinos va más allá. Queda patente en la obra la visión de la época de la homosexualidad y  la visión tan restringida de lo que supone la masculinidad. Es fundamental por  otra parte la ley de grupo entre los inmigrantes, la protección que se dispensan unos a otros. La traición al grupo se contempla como causa de exclusión fulminante del mismo.

Todos estos elementos constituyen sin embargo únicamente el marco en que se desarrolla la historia de una pasión, un deseo prohibido, quizá incluso desconocido para los protagonistas del mismo, pero que evidentemente va a constituir el motor de toda la trama y la razón de lo que en la obra acontece.
Me encantaría profundizar mucho más pero dar cualquier otro dato supondría a mi gusto destripar gran parte de la historia y con esta reseña me encantaría precisamente incitaros a leeros la obra.

En cuanto al lenguaje lo cierto es que se produce una pérdida importante, señalada incluso por el traductor. Arthur Miller se vale del vocabulario propio de las clases bajas neoyorquinas en su obra para darle mayor realismo. Evidentemente este matiz se pierde en la traducción, si bien intenta adaptarse lo máximo posible a esta circunstancia. Me han llamado la atención algunos términos como "sarasa" para referirse a un homosexual como traducción del punk inglés de la época.

La lectura es tremendamente fluida y rápida, precisamente por el carácter coloquial de todos los diálogos. Os recomiendo encarecidamente que le deis una oportunidad a esta obra, que servirá como punto de reflexión sobre una gran cantidad de cuestiones. El título no puede ser más acertado, desde luego supone una visión general de la sociedad portuaria neoyorquina y de las pasiones humanas. Absolutamente recomendable.

Os dejo un fragmento de la obra, en su última representación en Broadway. Queda reflejado perfectamente el habla y acento (aunque en inglés :) )


¡Hola!


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Llevo muchísimo tiempo pensando en iniciarme en el mundo de los blogs. Soy seguidora asidua de los blogs literarios y siempre me quedo con el gusanillo de tener el mío. Soy consciente del gran nivel que existe entre los blogueros y, sinceramente, no me siento a la altura. En realidad no sé a quien le puede interesar mis opiniones acerca de los libros que voy leyendo. Probablemente no sea más que una necesidad de compartir mi gusto por la lectura, una pasión que absorbe casi todo mi tiempo libre y por la que siento devoción. Espero que podáis encontrar algo de vuestro interés en este pequeño rincón y que podamos compartir mucho buenos momentos literarios.