La lectura de “La cena” ha sido para mí una de las más
destacadas de este año. No porque haya sido una de mis favoritas, que, de
hecho, no lo es y no la pienso incluir en mis preferidas de este año; sino
porque ha sido uno de los libros que más me han hecho reflexionar. Podría decir
que su lectura me ha “escandalizado” o “provocado”, no sé muy bien cómo
expresarme. Los planteamientos expuestos chocan de una manera tan radical con
mis principios y mi modo de concebir las cosas que en ciertos momentos me “violentaba”.
En cualquier caso, esto es uno de los enriquecimientos que aportan los libros:
puntos de vista completamente opuestos al tuyo, de manera que te dan la
posibilidad de cambiar de opinión o afianzarte en la tuya propia. En este caso
con esta novela me he reafirmado en mis propios valores.
La novela está estructurada en los diferentes momentos de
una cena formal con capítulos en cada uno de ellos (aperitivos, entrantes,
segundo, postres, digestivo y propina). Es un modo curioso de compartimentar la
acción, de justificar el título, pero vamos, en principio nada se pierde a mi
parecer si se prescinde de esta estructura.
La historia es narrada por Paul, quien en un primer momento
se nos muestra como un hombre sencillo, hastiado ante la perspectiva de tener
que compartir una cena de estas características. Estas cenas tan “estiradas” le
parecen ridículas y prefiere otras alternativas más populares. Sus comentarios
acerca del precio de los platos y sobre el comportamiento del maître no pueden
menos que hacernos escapar una sonrisa.
Lo que más llamaba la atención del plato de Claire era el
vacío inconmensurable. Ya sé que en los restaurantes selectos se prima la
calidad sobre la cantidad pero hay vacíos y vacíos. Allí el vacío, la parte del
plato en que no había nada de comida, rozaba la paradoja.
En el restaurante, acompañado de su mujer Claire, va a
encontrarse con su hermano Serge, político de la oposición holandesa con muchas
posibilidades en las siguientes elecciones, y su mujer Babette. Durante los primeros
platos no hablan de nada interesante, como la mayoría de las conversaciones
reales comiezan con temas banales. Hacen referencia a algunas películas (mencionan la última de
Woody Allen con Scarlett Johansson como protagonista) y destripan alguna otra como
“Adivina quién viene a cenar". En un momento determinado Babette abandona la
mesa y es seguida por Claire. Es justo entonces cuando se nos descubre el
verdadero motivo de esa cena. Michel y Rick (los hijos de las parejas) han
cometido un acto atroz. Los padres se han reunido para decidir qué deben hacer.
La historia en sí es bastante dura, pero todavía más los
pensamientos plasmados en ella. Los padres no se cuestionan la maldad de sus
hijos, lo horrible del hecho cometido. Quieren que sus vidas sigan adelante sin
ningún tipo de consecuencias, lo que a mi modo de ver no hace sino generar
monstruos.
- Serge, sé realista. No ha pasado nada. Nadie ha sido detenido. Ni siquiera tienen sospechosos. Sólo nosotros sabemos lo que sucedió. Sencillamente es demasiado poco para sacrificar el futuro de nuestros hijos de quince años.
Los personajes sufren una evolución muy interesante. Paul y
su mujer Claire se nos presentan en un primer momento como una pareja cercana y
agradable, hartos de vivir a la sombra de Serge el ambicioso hermano de Paul.
Serge aparece inicialmente como un político ambicioso, que trata de resolver su
reputación a toda costa. Esta primera impresión es sólo consecuencia de la
redacción en primera persona por Paul. A lo largo de la novela vamos
descubriendo a través de los hechos que los buenos no son tan buenos, y que los
que parecían malos resultan ser los únicos razonables.
Tengo que reconocer que el escritor me ha parecido un poco
cobarde, porque no se ha atrevido a desarrollar su tesis hasta el final, a
hablar de la maldad porque sí, sino que trata de justificar, al menos, el
comportamiento de Michel (en el que realmente se centra al estar narrada la
historia por su padre). A través de una serie de flashbacks se nos muestran
diversos momentos de violencia en la vida de Paul. Él sufre algún tipo de
trastorno social, por el que se ve obligado a dejar su trabajo, y se deja
entender que Michel también lo sufre. El autor no se atrevió a hablar de que la
maldad puede surgir en cualquier clase de familia, hasta en las más
normalizadas (de hecho, en una entrevista dijo que la enfermedad de Paul se le
ocurrió más tarde). Es un modo de que los lectores se relajen Ah! Esto no me
puede ocurrir a mí, estas cosas sólo pasan en las familias de tarados (a lo que
abunda el comportamiento de Claire, la madre, que tampoco es muy normal). No
sé, puestos a provocar hazlo bien, con seriedad, no te justifiques con excusas
genéticas o sociológicas. Sobre todo teniendo en cuenta que el hecho real que
inspiró esta novela (ocurrido en Barcelona hace algunos años) no cuenta con
estos antecedentes. Es decir, estas cosas pasan hasta en las mejores familias.
En la novela se tratan de refilón muchísimos temas muy polémicos,
como el aborto. El trastorno de Paul, y presumiblemente de Michel, es
detectable mediante amniocentesis (desconozco si este tipo de enfermedad es
detectable de este modo y tan temprano, pero bueno). Paul dice en un momento
que menos mal que esa prueba no existía cuando su madre se quedó embarazada,
porque de lo contrario puede que él no estuviera vivo. Otro de los temas
mencionados es el racismo y las consecuencias de las adopciones
internacionales. Ello sale a colación de Faso, hermano de Rick, y con un papel
muy importante al final de la novela. Se
habla también de la pena de muerte, a raíz de un trabajo que hace Michel, en el
que manifiesta unas opiniones bastante extremas.
Una cuestión que me ha planteado la novela es la relativa
erradicación de la culpa mediante el castigo (lectura obligada del gran
Dostoievsky con su “Crimen y Castigo” en este aspecto). Rick ya no es el mismo
y algo parecido le ocurre a Michel. ¿No necesitarán ellos una consecuencia, un
castigo que les libre del sentimiento de culpa? Al no enfrentarles a sus actos
sus padres les hacen un flaco favor.
Precisamente para mí el tema central es el amor
paterno-filial. ¿Hasta dónde llega, o debe llegar? ¿Debe cubrirse cualquier
hecho de un hijo a pesar de ser atroz? Nuestro ordenamiento jurídico dispensa a
los padres de la obligación de denunciar a sus hijos cuando tengan conocimiento
de que han cometido un acto delictivo, pero ¿es esto realmente siempre lo mejor
para ellos?
Una novela, por lo tanto, con planteamientos muy interesantes; aunque, a mi gusto, el autor no haya sabido aprovechar la oportunidad de desenvolverlas completamente, quitándole con esas "medias tintas" bastante peso al libro. En cualquier caso, merece la pena su lectura, sobre todo para plantearnos: ¿Qué habría hecho yo?
Yo he leído:
Título: La cena
Autor: Herman Koch
Traductor: Marta Arguilé Bernal
Editorial: Salamandra (colección Letras de bolsillo)
Edición: Primera, enero 2012
Número de páginas: 284
Este libro lo tengo pendiente desde hace ya un tiempo. Creo que es de esos que no deja indiferente a nadie.
ResponderEliminar¡Besos!
Es verdad, es un libro en el que necesariamente tienes que posicionarte. O congenias con los personajes o los detestas. Creo que es su principal virtud. Merece la pena para plantearse algunas cosas.
EliminarUn beso
No termino decidirme con este libro, he visto varias reseñas, pero no sé si me gustaría. Por cierto, completísima la tuya :-) Un beso!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias!
EliminarEs verdad que es una novela a la que puede dar un poco de reparo acercarse sabiendo que la temática es tan dura. Novelas así tienen su momento para cada uno :)
Un beso
Me ha gustado tu reseña. Sin desvelar mucho dejas entrever los temas de los que trata, haciendo que interese su lectura.
ResponderEliminarEs un libro para reflexionar y debatir, que pone los pelos de punta cuando sabes que puede ser una realidad.
Yo soy madre de adolescentes y me hizo pensar mucho.
Un abrazo
¡Muchas gracias! Estoy contigo en que es un libro para reflexionar y plantearse muchas cosas, y más todavía si, como tú, se tienen hijos en esa edad.
EliminarBesos
Pues tengo el libro apuntado para leerlo ya desde hace tiempo aunque aún no me he decidido sobre todo por esa variedad de temas tan subversivos que trata aunque me temía lo que confirmas: se queda a medias tintas. Un saludo :)
ResponderEliminarPara mí ese es el mayor defecto del libro, el hecho de no llevar las cosas hasta el final. En cualquier caso me imagino que tendrá mucho que ver la política de la editorial: si ya es polémico imagínate si encima no le buscan una justificación al comportamiento. Quizá ya era demasiado
EliminarBesos
Acabo de leerme el libro. Me ha gustado mucho. REalmente plantea muchísimos debates, pero muchísimos.
ResponderEliminarAl final hay algunos puntos que me quedan con dudas, por qué el informe sobre amniocentéssis, no lo deja claro.
De todos los debates el esencial la relación paterno-filial, hasta qué punto justificaríamos a nuestos hijos.
Escritura, fantástica, cómo puden dar ese giro tan radical las dos parejas protagonistas? muy bueno e interesante para discutir.
vic
Isabel, me gusto mucho tu critica y coincido casi punto por punto. Comence a leer el libro porque vi en el un blog que frecuento buenas criticas y me parecio que planteaba un tema más que polemico. Me gusto el comienzo, la estructura, el desarrollo de los personajes pero definitivamente lo odié. Me dejo un profundo sentimiento de bronca y malhumor por el resto del dia! Quizás si tuviera hijos mi vision habria sido diferente? No lo se. Me parece que el autor viene bien hasta que como decis llega al acto cobarde de tomar el camino reduccionista de la biologia y la genetica que quita el peso de la RESPONSABILIDAD de los actores sociales involucrados. Perdon por la extensión, Gracias Isabel por la reseña!
ResponderEliminarPD: Hay una pelicula hecha del libro, va a ser interesante ver como cuenta la historia.
Me gustó tu crítica. También me quedé con la sensación que el desenlace podría haber sido mejor desarrollado. El libro eso sí es atrapante, y las escenas del restaurante snob muy graciosas!
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